Espacio cuajado de referencias lúdicas y sentimentales, el llamado Barrio Húmedo aglutina los rincones más castizos de la capital leonesa. El gran peso de la tradición se deja sentir en los típicos escaparates, en el abanico de calles que recuerdan en sus rótulos a los gremios medievales y en la infinidad de bares, tascas y mesones que han dado nombre a esta zona llena de sugerencias amables y divertidas. En sus establecimientos, distinguidos por sus propuestas gastronómicas, el tapeo alcanza rango de liturgia colectiva. El Barrio Húmedo es un lugar divertido y popular.
La biografía familiar de León, una ciudad manejable, culta y en buena medida peatonal, tiene como primera y obligada referencia a la calle Ancha , una de las más bonitas del entramado urbano, brilla con el aderezo propio del talento leonés, hecho que queda patente en los distintos edificios decimonónicos y establecimientos con enorme solera.
Cada rincón tiene una leyenda digna de oírse, como prueba el rehabilitado Palacio del Conde Luna . Esta mansión nobiliaria, donde se asentaba el tribunal de la Inquisición, ha experimentado una completa remodelación para ser sede de la Universidad de Washington y Centro de Interpretación del Reino de León. Nos adentramos ahora en una telaraña medieval compuesta por calles que ostentan la categoría de monumentos. Aquí se alza la Iglesia de Palat de Rey, ordenada construir por Ramiro II para que su hija Elvira profesara como monja. Ha aguantado con gallardía el paso de los siglos, y en la actualidad alberga un moderno espacio expositivo.
Adentrarse en el Barrio Húmedo equivale a pasar las páginas de un libro de historia. El ayer y el hoy de León queda patente en la Plaza Mayor, amparada en uno de sus lados por el antiguo Consistorio. Este castizo espacio ha sido, a lo largo de los siglos, centro de charla y encuentros, además de acoger desde 1660 los mercados semanales que se celebran los miércoles y sábados. Muy cerca, la Iglesia de San Martín se ve escoltada por una artística fuente fechada en 1801.En cuanto al templo, cobija piezas artísticas tan sobresalientes como una Piedad de Luis Salvador Carmona.
La plaza de San Martín es el epicentro del bautizado Barrio Húmedo, un lugar bohemio de bares y restaurantes donde la vida local alcanza su más divertido apogeo. A modo de emblema monumental, la Casa de las Carnicerías se remonta al siglo XVI y estaba ocupada antaño por los abastecedores de carne.
En León nada está demasiado lejos, así que nuestro siguiente destino es el Palacio Don Gutierre. En un extremo de la calle de la Rúa, la antigua Rúa de los Francos, vemos el Convento de las Concepcionistas, durante cientos de años una isla de meditación y recogimiento. Algo similar ocurre en la vecina Iglesia del Mercado, cuyos piadosos muros están empapados de antigüedad. En su parte trasera, la plaza del Grano exhibe todo el discreto encanto de lo popular en su empedrado, el crucero, la exquisita fuente y el Convento de las Carbajalas.