El pueblo leonés siente una gran devoción hacia esta imagen, desde el mismo momento que se tiene noticia de su presencia. Se ha vuelto esperanzado hacia ella cuando han sucedido a lo largo del tiempo motivos graves o extraordinarios, como enfermedades contagiosas de gran mortalidad, alguna calamidad pública o el deseo de este pueblo leonés de demostrar a la Virgen su agradecimiento por beneficios extraordinarios recibidos.
El primer documento que menciona la ermita es del Cabildo de la Catedral y data de 1517, y el Ayuntamiento de León ha estado vinculado a ella desde el principio.
La manera de efectuar tales demostraciones es traer a la Virgen a la ciudad. Y ello conlleva un ceremonial anclado en el pasado al cual se han ido añadiendo algunos pequeños cambios, fruto de la evolución social.
La presencia del Ayuntamiento de León en cuestiones relacionadas con el santuario y la imagen data de los primeros momentos. En 1514, el rey Fernando concede la administración de la ermita al Cabildo de la Catedral y al Concejo. Años más tarde, en el 1676 la municipalidad leonesa adquiere una presencia permanente. La Hermandad de la Sobarriba se sintió también especialmente vinculada a la imagen y en 1715 se crean los estatutos de la Hermandad de la Virgen del Camino de la Sobarriba. El ceremonial consiste en traer en procesión la imagen de la Virgen, lo comunican al Ayuntamiento de León, el cual acepta el voto y nombra una legacía compuesta por dos concejales para concertar fecha con el obispo.
Una vez determinado el día, se comunica a los ayuntamientos interesados, y en el día y a la hora señalada se presentan en el santuario los dos legados municipales junto a los otros dos miembros del Cabildo de la Catedral designados por el obispo, quienes proceden a sacar la imagen del santuario. En las proximidades del antiguo pozo, ceden su turno a los ayuntamientos de Valdefresno, Villaturiel y Valverde, quienes la traen hasta la ciudad, recogiéndola el Ayuntamiento de León, quien la trae hasta el templo de San Marcelo. La recibe el alcalde, quien deposita en ella un ramo de flores, y se entrega al Cabildo de la Catedral que será quien la lleve hasta el templo, en donde se harán los oficios religiosos de que se disponga. Transcurrido el novenario o el plazo pactado para la estancia de la imagen en León, se procede a llevar a la Virgen del Camino hasta su santuario, ejecutándose los mismos trámites pero esta vez en sentido inverso.
Actualmente, la venida de la Virgen del Camino a León es toda una romería acudiendo todos los lugares del contorno con sus cruces parroquiales, insignias, pendones y demás distintivos. Es sacada de su santuario por dos concejales de la capital y dos capitulares, acompañada por los dominicos, esperan en el exterior los pendones de la Sobarriba y del pueblo de la Virgen, además de la pendoneta del Santuario.
Participan los ayuntamientos de Valdefresno, Villaturiel y Valverde. Las parroquias de Montejos, Fresno, Oncina, La Aldea, San Miguel, Valverde y Quintana de Raneros, Castrillo de la Ribera, Marialba, Alija, Villarroañe, Roderos, Oteruelo y Toldanos, Trobajo, San Andrés del Rabanedo, Villaseca de la Sobarriba, Paradilla, Villafeliz, Carbajosa, Valdelafuente, San Felismo, Valdefresno, Navafría, Villacil, Villavente, Villalboñe, Villaturiel y Arcahueja.