El acto cultural más tradicional de las fiestas de San Juan y San Pedro es el Recorrido Romántico, debido a la antigüedad y permanencia del mismo desde el año 1971, si bien tiene antecedentes desde 1949, con motivo de organizarse un “Certamen Literario” o de “Exaltación de la Poesía Romántica”. En estos años del siglo XX, al socaire de los movimientos poéticos locales, se desarrollan concursos literarios, certámenes o justas literarias que, sin tener un carácter estable, convocan a poetas y rimadores nacionales o locales.
En 1949 se organiza un “Certamen Literario” o de “Exaltación de la Poesía Romántica”, que ensarta un eslabón con los futuros movimientos locales. La presencia de la “Reina de las Fiestas” marca un hito tanto literario como de presencia de la mujer.
En este clima de las fiestas, que hoy queremos resumir y destacar, es donde nace este episodio, camino, o ruta nocturna por la ciudad, y que recibió los nombres de:
- “Itinerario lírico de la ciudad”.
- “Ronda lírico-teatral”.
- “Ronda poética por los rincones de León”.
- “Ronda poética por los rincones del viejo León”.
- “Ronda lírica por los rincones del viejo León”.
- “Recorrido Romántico”.
- “Recorrido Romántico Miguel Delgado”, a partir del año 1991, en memoria de quien fue un entusiasta organizador.
Si bien el primer recorrido que encontramos, programado con el doble carácter de histórico-literario, corresponde al año de 1960, éste obedece a un acontecimiento extraordinario. No será hasta el año 1971, cuando se organiza un “Itinerario lírico de la ciudad”, y donde prosistas y poetas glosan aspectos relativos a lugares típicos. Dicho año es el punto de arranque de una tradición que se continúa. Desde este año resulta relativamente fácil seguir los lemas elegidos, pero ni todos los años se organizó, ni constan quienes intervienen. Puertas de la ciudad, plazas, fuentes, jardines, conventos y, de forma insistente, los tres monumentos más significativos han surtido la temática del recorrido. Si bien los encontramos repetidos, puede decirse que siempre se han versado aspectos bien diferentes. Sabemos de la asistencia de personas con gustos variados. Se puede intuir que se congrega a un conjunto de asistentes de todas las edades y condiciones, que se agruparían bajo la etiqueta de incondicionales, junto con otra parte menos numerosa y más esporádica. La fuente de inspiración y estilo de quienes figuran como ponentes son muy variados, puesto que van de la pura creación lírica, a la narración literaria, de leyenda, meramente descriptiva, o el recurso a fuentes históricas conocidas o inéditas sobre monumentos, formas de vida, etc.
La coincidencia de la hora en torno a la media noche, y día 26, por lo general después de un concierto musical, ha sido una norma, que, se ha impuesto por la costumbre. Es este el lugar que debe merecer la cita de un leonés de pura cepa, que ha servido de filón para muchos puntos del recorrido, y que no nos cabe duda que con su bagage costumbrista e histórico determinó esta visión urbana bajo el prisma de la prosa o el caleidoscopio de la poesía. Fue Miguel Bravo. Con la publicación en 1935 de su obra “Rincones Leoneses” archivó en la memoria de León una visión nostálgica de una ciudad que él conoció, y que a nosotros nos ha tocado recordar e intentar reconstruir en una pequeña parte. La historia de nuestra ciudad da pie para descubrir cada día nuevos aspectos, unas veces desconocidos, otras olvidados, que servirán a historiadores y literatos, o simples conocedores y amantes de nuestro pasado, para poder brindar cada año una visión nueva de un León viejo.