Alonso Pérez de Guzmán nació en León, hacia el año 1256. Le había confiado el rey Sancho IV la defensa de la plaza de Tarifa, contra las pretensiones del infante don Juan, que llegó a reinar en León, tres años, y que asedió la plaza; al no poder rendirla, ni con amenazas, ni ofrecimientos, exasperado de no poder someter tan sublime lealtad, acudió al recurso más bárbaro.
Apoderándose del hijo de Gúzman, lo presenta al padre ante los muros de la fortaleza, con el siguiente dilema : “o la entrega de la plaza, o la muerte del hijo”. Trágica fue la contienda en el corazón de Guzmán, entre el amor paternal, y la fidelidad prometida; pero, arrojando el puñal, dijo : “no engendré yo hijo que fuese contra mi tierra”, destacado triunfo de la palabra dada con el sacrificio de su hijo.
Por ello, el rey le dió el sobrenombre de “El Bueno”, y el señorío de Sanlúcar. En un año de mucha hambre, abrió las paneras de su casa para dar pan a los pobres, y por eso dicen que se le empezó a llamar El Bueno.
En el año 1894, la provincia de León le levantó una estatua a la entrada de la ciudad, desde la estación de ferrocarril.
La estatua, en bronce, representa a Guzmán El Bueno sosteniendo con la mano izquierda un escudo, y con la derecha un puñal en actitud de arrojar. Es una buena obra del escultor Aniceto Marinas.