La capital del Antiguo Reino de León sorprende al viajero que por primera vez se acerca a ella, por sus admirables monumentos histórico artísticos –La Catedral, San Marcos, San Isidoro, son los más universales-, que se integran en una moderna ciudad llena de plazas ajardinadas, parques, fuentes y amplias avenidas. Esta armoniosa conjunción de venerables piedras, impregnadas de historia, con un desarrollo urbanístico cuidadoso con el medio ambiente y la calidad de vida, convierte a la Ciudad de León en un destino de primera clase para el Turismo Cultural.
La tradición de dar buena acogida a los viajeros, desde que León era una ciudad de paso en el Camino de Santiago, en la Alta Edad Media, permanece felizmente viva. Si entonces, hace mil años, los leoneses supieron “dar posada al peregrino”, hoy la Ciudad de León es una urbe acogedora, con una planta hotelera puesta al día, buenos restaurantes y mesones, y una actividad cultural y de ocio permanente. Nada más llegar, por carretera o ferrocarril, el viajero sentirá inmediatamente la hospitalidad de sus habitantes, que saben ejercer como anfitriones con sencillez y sabiduría.
Los antecedentes de la Ciudad de León se remontan a los tiempos en que los romanos dominaban Hispania; de aquella época se conserva parte del recinto amurallado y otros vestigios artísticos. El protagonismo de la Ciudad en la Historia de España se produjo durante los primeros siglos de la Reconquista. Plaza fuerte en litigio entre los invasores musulmanes y el incipiente reino asturiano, pronto se convirtió en sede regia, capital del Reino de León. Gestas militares e intrigas cortesanas se sucedieron durante aquellos turbulentos años, en los que la monarquía leonesa extendió sus dominios hacia el sur, estableciendo las bases para la construcción de España.
Aquella historia, escrita a sangre y fuego, discurrió paralela al desarrollo de las Ciencias y de las Artes en la capital del Reino, que se refleja en la riqueza monumental y artística de la Ciudad de León: joyas admirables del Románico, como la Basílica de San Isidoro; del Gótico, como la Catedral de Santa María; del Renacimiento, como el Convento de San Marcos, marcan los hitos del León monumental, junto a palacios nobiliarios, iglesias y conventos, y edificaciones civiles, como la Plaza Mayor. La moderna urbe (ciento cincuenta mil habitantes) se ha extendido a lo largo de grandes paseos y despejadas avenidas, que hacen de ella una ciudad habitable y sosegada, acorde con el carácter de sus gentes. Merecen destacarse los más de un millón de metros cuadrados de zonas verdes, repartidas entre grandes parques y pequeños jardines, una invitación al paseo y el relax.
En el casco viejo, el Barrio Húmedo acoge hoy en sus plazas y callejuelas innumerables tabernas y mesones. Es una de las zonas en las que el viajero puede mezclarse con la gente y degustar un anticipo de la sabrosa cocina leonesa. La animación de la ciudad no decae en todo el año. Sus recomendables celebraciones abarcan rodos los gustos: folclóricas, religiosas, deportivas y culturales: desde la Semana Santa a las Fiestas de San Froilán, la Semana Internacional de la Trucha y concurso Gastronómico, o el Festival Internacional de Órgano, por citar sólo algunas de las convocatorias con más tradición.
En todo el portal encontrará el navegante algunas referencias de la Historia de la Ciudad de León y de su riqueza monumental. Descubrirá muchas razones para acercarse a conocerla personalmente. Cuando lo haga, su curiosidad no se verá defraudada. Desde este momento, le damos la bienvenida.