Iglesia parroquial del barrio del mismo nombre, antiguo arrabal de la ciudad emplazado a la entrada del Camino de Santiago.
El origen de la iglesia se remonta al siglo XII y pertenecía a la Orden del Santo Sepulcro, aunque en el siglo XVI pasó a la Orden de Malta.
Junto a ella había un hospital de leprosos (lazareto) y un cementerio de peregrinos, ambos ya desaparecidos.
En su interior se conserva parte de su estructura medieval y unos interesantes esgrafiados renacentistas.