Emblema vegetal y faunístico del barrio de El Crucero, el parque de Quevedo se inauguró en 1980 sobre el solar donde antes estuvo el almacén de maquinaria de Obras Públicas y el Vivero, alguno de cuyos árboles embellecen este enclave saturado de risas infantiles y emotividad adulta.
Su superficie ronda los 50.000 metros cuadrados, espacio suficiente para un catálogo de tilos, arces y otras joyas botánicas que se distribuyen alrededor del pino piñonero que ocupa el punto central. Como valor añadido, el parque de Quevedo acoge familias de ardillas que juguetean entre los parterres de inspiración inglesa, pavos reales de colas multicolores, gallinas de África y patos que chapotean en el estanque.