Las siguientes ocho esculturas urbanas son el testimonio cultural e histórico de algunas tradiciones, hitos o personajes notorios para la ciudad de León. La ubicación de esculturas en las calles de León comienza a principios de siglo XX con la instalación de la estatua de Guzmán El Bueno en la plaza del mismo nombre. A lo largo de todo este tiempo, numerosas piezas escultóricas han embellecido la ciudad con la idea de proyectar un mensaje al ciudadano. Arte, tradición e historia acompañan a los monumentos más emblemáticos y se ubican en puntos simbólicos del entramado urbano sin pasar desapercibidas.
Monumento a los Dos Mil Años de la Ciudad (2000):
Dos años y medio de trabajo se prolongaron hasta que su autor, Juan Carlos Ponga, vio finalizada la obra. Se ubica en la plaza de San Marcelo y representa tres de los estadios más importantes de la historia de la ciudad: el campamento romano del siglo I, la ciudad en el siglo X cuando la Corte estaba en León, y la ciudad en el año 2000. En esta última maqueta, la diversidad de tonos diferencia los distintos barrios. La fundición, en bronce, fue ejecutada por E. Capa y está elaborada a una escala 1/600.
Escultura Homenaje a los Constructores de Catedrales (1998):
Quiso el artista, Juan Carlos Uriarte, que vidrieros, canteros, herreros y otros oficiales tuvieran su reconocimiento en la plaza de la Catedral. La escultura se eleva sobre una base laberíntica, propia de los rincones de algunas catedrales francesas. Toda la obra alude a detalles de la Pulchra Leonina destacando la silueta que representa a Nicolás Francés, autor del retablo gótico de la catedral leonesa.
Columna Conmemorativa (1968):
Se erige en el año 1968 con motivo del XIX centenario de la fundación de la Legio VII Gemina. Hasta ese momento, los restos arqueológicos no habían desvelado que el antecedente del origen de la ciudad de León se encontraba en un campamento anterior denominado la Legio VI Victrix. Por este motivo, el alcalde Arroyo Quiñones aprobaba la organización de actos conmemorativos de la fecha del nacimiento de la ciudad. La columna, rematada con un capitel corintio sobre un pedestal, se eleva en uno de los laterales de la Plaza de San Isidoro.
Las Cabezadas (1999):
Obra de José Luis Fernández realizada en piedra y bronce, representa una de las tradiciones más significativas de la ciudad leonesa. Refleja la entrega de un cirio por parte de un miembro de la corporación municipal al abad de San Isidoro. Este hecho tiene lugar en agradecimiento al ruego de lluvia implorado al santo Isidoro por el pueblo leonés en 1158. Es el acto previo a una discusión que forma parte de la histórica costumbre donde se defiende si la entrega del cirio y unos hachones de cera son foro u oferta.
Las Tres Infantas (2001):
La artista salmantina, Salud Parada, recrea la imagen de tres infantas del Reino de León: la madre Sancha y las hijas Urraca y Elvira. Rinde admiración, en esta creación en bronce, a las tres mujeres que más contribuyeron en el desarrollo de la Basílica de San Isidoro de León. Se coloca novecientos años después, en un entorno románico, en homenaje a la muerte de las hermanas infantas, pues ambas fallecieron en el 1101.
El Edificio del Ayuntamiento (1998):
A la entrada de la sede administrativa del Ayuntamiento de León, en la calle Ordoño II, encontramos otra obra del artista Juan Carlos Uriarte. Se representan en bronce la fachada del edificio de la Casa Consistorial de San Marcelo, obra de Juan de Ribero Rada, y el documento de Alfonso XI de 6 de julio de 1345. Esta carta, enviada al concejo de León, nombra a ocho “hombres buenos” para que tomen decisiones sobre la ciudad. Desde este testimonio escrito, custodiado en el Archivo Municipal de León, se forma una nueva institución: el Ayuntamiento. La parte en bronce se incrusta en una losa de piedra en forma de hoja de libreta que alegoriza el paso de página de la actividad administrativa municipal a otro edificio, momento que tuvo lugar en 1998.
Estatua de Guzmán el Bueno (1900):
En 1894, la Reina Regente, María Cristina, firmaba un Decreto Real mediante el que se ordenaba erigir en la ciudad de León una estatua en honor a Alonso Pérez de Guzmán “El Bueno”. Cuatro años más tarde de esta firma, el escultor Aniceto Marinas finalizaba la estatua del personaje para ser ubicada en un pedestal de Gabriel Abreu. La inauguración tuvo lugar en el año 1900 por los miembros de la corporación municipal y provincial. El ínclito Guzmán había demostrado su fidelidad al rey Sancho IV en la defensa de la plaza de Tarifa hasta tal punto que fue capaz de sacrificar a su hijo por el bien de su tierra.
Estatua del Peregrino (1998):
Rinde homenaje al Camino de Santiago a su paso por la ciudad leonesa. Un peregrino descansa en la escalinata de un crucero frente a la fachada de San Marcos. Es una creación artística de Martín de Acuña y fue una donación de Paradores al completarse la peatonalización de la plaza.