Ubicado a escasos tres kilómetros de la capital, el monte San Isidro descuella en la geografía leonesa por ser un destino muy frecuentado con la llegada de los primeros calores estivales.
Reconocido como un auténtico paraíso para los excursionistas, el monte presenta vegetación, caminos trazados para hacer senderismo y zona de recreo con mesas y paelleras ideales para las barbacoas, además de establecimientos dedicados a la venta de bebidas, helados y bocadillos. El monte San Isidro es, en definitiva, un lugar extenso y muy familiar, donde la belleza de los grandes espacios abiertos constituye su mejor argumento de seducción.